Domingos Impares #7

Pasado simultáneo

Dormí muy poco esa noche, por lo que luego de 40 minutos de viaje sentí que mi cuerpo se asentaba con más firmeza en el asiento de la camioneta. Me relajé sobre el apoyacabeza y en un intento de darle lugar al sueño miré, por la ventanilla y con los ojos entreabiertos, el paisaje amarillo invernal con los vestigios de vida antigua en algunos árboles y pastizales.

Cuando llegamos a destino no sabía con qué me iba a encontrar. Mis amigos me habían hablado de esta casa, pero cuando las personas charlan sobre algo que no se conoce, la imaginación es dispersa y un tanto caprichosa.

Lo que había sido una época de sustentabilidad casera, en un tiempo en el que cada familia producía absolutamente todas sus provisiones y en una casa en medio del campo en el norte de Córdoba, se reducía a coletazos de historias inventadas en mi cabeza.

Como cuando saco fotos, contuve la respiración y sentí cómo se suspendía cada célula en el cuerpo en un acto de paralización total, y observé la quietud de las escenas de vestigios ajenos en cada rincón.


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Hasta el próximo Domingo Impar 🙂