Domingos Impares #38

Una pista

Estoy con los pies descalzos porque así decidí estar esta mañana por la casa. Escribo unas líneas en el cuaderno de notas, lo primero que tenía en la cabeza. Descomprimir. De la misma manera, dejo que mi cuerpo me guíe hacia la próxima acción. Entonces mi cabeza gira hacia la izquierda y con los ojos apunta a las sandalias vacías. ¿Vamos? 

Me colgué la cámara y quise corroborar que la tarjeta de memoria tuviera espacio. En lugar de eso, y para mi sorpresa, la batería estaba vacía de energía, así que pospuse la salida por un rato. Mientras esperaba un poco de carga, retomé el libro que me acompaña desde hace tiempo: M Train, de Patti Smith.

Ni bien salí, el relato de Patti vino conmigo, como si saliéramos juntas. Primero recorrimos su playa preferida, Rockaway Beach, y luego hicimos mi caminata por el barrio buziano Portal da Ferradura. Deambulamos, tal como hace ella. 

En una mañana de domingo, es posible abrir un diálogo íntimo con lo público. Entonces aparecen todas las flores, los gatos escondidos, las paredes con huellas de alguna enredadera, techos cultivados, puertas y portales a hogares soñados.

La plaza del vecindario. Un reflejo, otra vez y para siempre. Un universo paralelo, invertido. Es lo mismo pero diferente. ¿Cómo sería el universo al revés? Me asomo con la cámara para tener alguna pista, alguna evidencia, pero el lente choca con el vidrio, el encuadre tiene un tope. A partir de ahí, la imaginación.

Si llegaste hasta aquí, ¡Gracias!

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Hasta el próximo Domingo Impar 🙂