Domingos Impares #35

Fantasy

Cuando tenía 15 años, vi de cerca y por primera vez, la angustia por un sueño cumplido. Lo que mi mejor amiga había deseado por un largo año, sucedió. Lo que tanto procuró, cuidó y construyó, dejó de existir.

Con poca edad me costó entenderla, porque creía que el sueño hecho realidad era lo que finalmente tenía que ser: el deseo tangible, la plenitud. Sin embargo, vacío era inconmensurable.

Hace 15 días emprendí un viaje de 3000 km desde Córdoba hacia Búzios (Brasil) donde viviré unos meses. Y hay una incógnita que tiene que ver con lo que me lleva a hacer semejante cambio de territorio, en auto, dejando la casa que quiero y la gente que me abraza.

Porque hay dos viajes: el que se siente antes de salir y el que se vive empíricamente, y nunca son iguales uno con el otro.

La vida es lo que sucede mientras fantaseamos.

Cómo hacer hogar con lo poco y desplegar lo bastante que he aprendido de la noble soledad en estos años de la adultez.

Un asomo a la ventana, un contacto con lo que me constituye, el reconocimiento como quien descubre algo nuevo y maravilloso. La luz naranja de las 5 de la tarde, el komorebi, un gato que me recuerda a mi gata, un juego de sábanas, una hoja en blanco, una canción de Charly, el visor de la cámara, la sensibilidad, el silencio, la apreciación.


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Hasta el próximo Domingo Impar 🙂

 

©2024 Florencia Quiroga. Fotógrafa. Todos los derechos reservados